El desarrollo de Puerto Busch y de la Hidrovía Paraguay – Paraná es un proyecto estratégico que supone la inauguración de un nuevo tiempo, una nueva historia de la geopolítica en Bolivia. Puerto Busch es un emprendimiento geoestratégico, en un momento de desarrollo industrial, de estabilidad económica, política y social en el país; con un Estado fuerte y un contexto favorable, único en la historia para hacer efectivo un emprendimiento de esta naturaleza.
La decisión histórica, bajo iniciativa del presidente Evo Morales, inicia el 31 de diciembre del año pasado cuando se firma el Acta de Compromiso de la Alianza Estratégica para el Desarrollo de Puerto Busch “Bolivia hacia el Océano Atlántico”, entre el Gobierno Nacional y los empresarios privados del país, en Puerto Busch en el departamento de Santa Cruz.
Esta Alianza se consolida el 13 de marzo de este año, con la aprobación del Decreto Supremo Nº 3826 cuyo objeto principal fue crear el Consejo Estratégico para el Aprovechamiento de Puerto Busch y de la Hidrovía Paraguay – Paraná.
Estas acciones concretas, demuestran que hay una voluntad concurrente en el conjunto de actores que se constituyen en la potencia movilizadora de esta iniciativa. Este proyecto de integración intercontinental se visualiza, con responsabilidades compartidas entre actores nacionales y con los países vecinos que se encuentran a lo largo de la Hidrovía.
Hay empresas, tanto nacionales como internacionales que han desarrollado importantes experiencias tecnológicas y deben concurrir en este proyecto, se deben convertir en aliados, para convertir un sueño en realidad.
Los empresarios privados han reafirmado lo estratégico de este proyecto para la multiplicación de posibilidades de comercio, de presencia en mercados, de presencia en el desarrollo mundial, de articulación con otros proyectos de industrialización que se desarrollan e implementan en el país.
En este sentido, la Ley N° 452 de Desarrollo Integral de Puerto Busch, promulgada hace unos días, recopila este conjunto de voluntades expresadas no solo por parte del Estado sino también establece directrices que se convierten en compromisos por parte de los empresarios privados.
Por otro lado, el Estado asume la responsabilidad de garantizar el acceso a los servicios básicos, así como, realizar los estudios necesarios para buscar financiamiento para los accesos al puerto. Asimismo, esta ley delinea la relación Estado–Privados estableciendo una alianza estratégica de inversiones conjunta. Esta APP tiene como condición, de acuerdo a la ley, que el privado extranjero debe asociarse con nuestros empresarios bolivianos para invertir en este proyecto de gran envergadura.
Para otorgarle viabilidad al proyecto, esta ley contempla, que tanto las empresas públicas como las empresas privadas, luego de estudios establezcan que sus costos son menores o iguales a la utilización de los puertos actuales, lo que podrá dar prioridad al nuevo puerto.
Esta ley además, amplía el proyecto de Puerto Busch a un parque industrial que no solo servirá de lugar de almacenamiento, sino también de conversión de valor agregado a la materia prima exportable, consolidando un polo de desarrollo en esta región.
Finalmente, esta es la mejor ley que se ha promovido para materializar este sueño en los últimos años, ya que a diferencia de la Ley N° 2542 del año 2003 que solo suponía una simple declaración de intenciones, la Ley N° 452, tal como dice su objeto y lo desarrolla en su contenido, es una herramienta para promover inversiones, industria y comercio en Puerto Busch.
Sin lugar a duda, habrán dificultades y habrá gente que va a cuestionar el proyecto, van a cuestionar el área de implementación si es o no muy pantanosa, van a pedir la verificación de los impactos ambientales, dirán que la inversión que se requiere es alta, cuestionarán si la inversión es recuperable en el corto tiempo y que los indicadores de viabilidad presentan interrogantes y hasta podrán decir que hay dificultades naturales que impiden la implementación de este gran proyecto; pero todo eso o otras interrogantes se diluye ante la decisión tomada por el presidente Evo Morales, hombre cuyo liderazgo y convicción han primado a las dificultades de varios proyectos de magnitud que se han materializado en el país.
Es así que todas las razones que se puedan esgrimir en contra de esta iniciativa se caen con un solo argumento, hoy en día Puerto Busch es la única posibilidad inmediata de Bolivia a un acceso soberano al mar.